Las elecciones presidenciales en Francia del pasado domingo representaban una de las decisiones más importantes de la historia de este siglo; la segunda vuelta de la competencia electoral, que enfrentó a la candidata de la ultraderecha Marine Le Pen y al centrista Emmanuel Macron, definía no sólo el futuro de Francia, sino también de Europa y, en buena parte, del mundo.
En término políticos y económicos, una victoria de Le Pen hubiese significado el fin de la Unión Europea tal como la conocemos. ¿Qué hubiese sucedido con el euro en ese caso? Nadie lo sabe, pero probablemente nada positivo; Le Pen prometía abandonar la Eurozona, lo que hubiese significado un golpe devastador para la Unión. La candidata de la extrema derecha proponía el patriotismo económico y la expulsión de buena parte de los inmigrantes, entre un paquete de medidas que generaban una profunda desconfianza en los mercados.
Impulso a la confianza
Lo cierto es que la victoria de Macron, quien luego de una inteligente campaña en la que logró posicionarse como un independiente capaz de satisfacer tanto a la derecha como a la izquierda, ha generado un clima de tranquilidad, previsibilidad y confianza que, aun cuando el nuevo presidente todavía no ha asumido el cargo formalmente, ya se refleja en los mercados y particularmente en el euro.
Incluso cuando la victoria de Macron había sido anticipada por los sondeos y por los medios de comunicación en general, el reciente antecedente de la victoria de Donald Trump desterrando todas las predicciones, mantuvo tanto a los mercados como a la opinión pública mundial en vilo hasta la noche del domingo.
Es importante destacar que el ex Ministro de Economía y Finanzas Socialista, no solamente ganó, sino que lo hizo por un amplio margen. Esta contundencia en la victoria generó un alivio extra en la comunidad inversora, que se encuentra frente a un horizonte de previsibilidad y propicio para la gobernabilidad en Francia.
Moneda
Como consecuencia inmediata del resultado de las elecciones, el euro superó los 1.10 dólares por primera vez desde noviembre de 2016. Los analistas coinciden en que la moneda recuperará impulso muy pronto, gracias a la desaparición de la amenaza populista y a la asunción del nuevo presidente y sus potenciales anuncios en materia económica. En la misma línea, el euro subió contra el yen, alcanzando un máximo de un año de 124.58 yenes.
Con las elecciones francesas ya fuera discusión, los inversores ahora se centran en cuándo y cómo el Banco Central Europeo podría reducir su expansión cuantitativa, como consecuencia del reciente fortalecimiento de la Unión Europea. Los analistas estiman que en los próximos dos o tres meses, el euro experimentará un alza.
No es un dato menor el hecho de que, en el pasado, Macron se haya desempeñado como banquero de Rothschild y como Ministro de Economía y Finanzas de Francia; ambos antecedentes, sumados a su propuesta integradora y su aparente previsibilidad, parecen ser una señal alentadora, tanto para el futuro de Francia como para el porvenir del euro.